Santa María Atzompa, ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Oaxaca, es un destino que combina historia ancestral con tradiciones vivas. En la época prehispánica, Atzompa fue una ciudad zapoteca fundada alrededor del siglo VII d.C. como una extensión estratégica de Monte Albán, con quien compartió su esplendor. Su zona arqueológica conserva templos ceremoniales, amplias terrazas y tres juegos de pelota —uno de ellos considerado entre los más grandes de Mesoamérica—, lo que refleja su importancia política y religiosa en los Valles Centrales.

Pero Atzompa no es solo ruinas; es también un pueblo que ha mantenido su herencia cultural a través de la alfarería tradicional. Aquí, las familias artesanas trabajan el barro con técnicas transmitidas de generación en generación, creando piezas únicas que forman parte de la identidad oaxaqueña.

Visitar Atzompa significa recorrer la memoria de la civilización zapoteca mientras se disfruta de la hospitalidad de una comunidad que sigue dando vida a sus raíces. Es un lugar ideal para quienes buscan conocer el patrimonio arqueológico de Oaxaca en un entorno más íntimo y auténtico.